Explosiones por supermareas en estrellas enanas blancas extremadamente próximas entre si



Las enanas blancas J0651A y J0651B tienen el menor periodo orbital de cualquier par conocido de estrellas que estén completamente separadas una de la otra. Ellas se orbitan la una a la otra cada 12,75 minutos, un período asombrosamente corto.






Unos físicos teóricos en la Universidad de Cornell, Ithaca, Nueva York, podrían haber encontrado ahora un nuevo mecanismo de formación de novas, estrellas que repentinamente se hacen muy brillantes y luego su resplandor se desvanece también rápidamente.

En el corazón de la teoría está el citado par de viejas y densas estrellas enanas blancas, orbitando entre sí tan estrechamente que sus fuerzas gravitacionales provocan una serie de fenómenos físicos que, a juzgar por lo averiguado en el reciente estudio, pueden acabar provocando una explosión en forma de nova (una explosión estelar tremenda pero que no destruye a la estrella).

diagram of stars and planets
Las enanas blancas J0651A y J0651B tienen el menor periodo orbital de cualquier par conocido de estrellas que están completamente separados unas de otras. Ellas orbitan entre sí cada 12,75 minutos.

Los tipos de enanas blancas que Jim Fuller y Dong Lai han estado investigando orbitan una alrededor de la otra con gran rapidez, en menos de media hora. Debido a que las enanas blancas son tan densas, sus fuerzas gravitacionales son lo bastante fuertes como para hacer que ambas estrellas se acerquen cada vez más la una hacia la otra, en una espiral cada vez más ceñida. El combate entre ambos campos gravitacionales proyecta fuerzas que deforman a las estrellas, aplastando y dando forma ovalada a cada esfera, así como sincronizando sus movimientos hasta que ambas estrellas acaban girando sobre sí mismas al mismo ritmo al que están orbitando. También se generan enormes mareas gaseosas. La fricción causada por las fuerzas de marea también genera una enorme cantidad de calor, potencialmente más del que emite el Sol.

Fuller y Lai teorizan que el calor se deposita en la capa delgada de hidrógeno que recubre a la enana blanca típica. El hidrógeno representa sólo el 0,01 por ciento de la masa de una enana blanca. Pero el calor generado por la fricción de las mareas es suficiente para provocar una reacción de fusión. Ese calor a su vez provoca más reacciones, desencadenando el efecto comparable al de una serie de explosiones de bombas atómicas. Esas reacciones se aceleran hasta que todo el hidrógeno es consumido muy rápidamente, y eso es una nova inducida por mareas.

La nova acaba cesando, pero las enanas blancas siguen orbitándose mutuamente, acercándose cada vez más la una a la otra.

Referencia: Cornell University