Motor de magnetoplasma, nuestra mejor oportunidad para viajar a las estrellas

En la segunda edición anual del Simposio para la Nave de los 100 años que tuvo lugar recientemente en Houston, las tecnologías de la propulsión tuvieron un lugar destacado. Todos los que soñamos con colonizar la galaxia nos topamos con la dura realidad actual de unos motores químicos sumamente ineficientes y lentos.
A la espera de poder hacer realidad conceptos tan exóticos como el motor warp, con el que "plegar" el espacio tiempo para desplazarse a velocidades inimaginables, lo más prometedor que tenemos hoy en día son los motores iónicos.

Entre todos ellos, el más conocido es el ideado por el ex-astronauta costarricense de la NASA Franking Chang, llamado VASIMR (por sus siglas en inglés Motor de Magnetoplasma de Impulso Específico Variable). Se trata de una evolución del motor de iones que promete, ni más ni menos, acortar el tiempo de viaje a Marte de los 18 meses necesarios a día de hoy, a solo 39 días.

En Internet, pueden encontrarse vídeos de entrevistas con el ideólogo del VASIMR, quien por cierto es aún el astronauta de la NASA con más horas de vuelo sobre sus hombros (1.600 horas en 7 viajes al espacio). En ellos, se explica el principio de funcionamiento del motor de magnetoplasma.


El motor de plasma VX-200, ideado por el físico y astronauta costarricense Franklin Chang Díaz ha superado con exito la última prueba de funcionamiento en la Tierra, alcanzando la máxima potencia prevista de 200 kilovatios en una gran cámara de vacío que simula las condiciones del espacio exterior... Superadas todas las pruebas en laboratorio, el paso siguiente será construir el motor que partirá rumbo al espacio y que será probado en la Estación Espacial Internacional ISS en 2013, esperando desarrollar allí entre 10 y 20 Megavátios de potencia, suficiente para viajar a Marte en unos 39 días en vez de los 6 meses que se tardaría en llegar con los motores actuales.

Al igual que un motor químico tradicional, se basa en el principio de acción u reacción, solo que en este caso no hacen falta enormes cantidades de combustible y comburente. La mecánica del VASIMR es calentar un gas a altas temperaturas hasta transformarlo en plasma, con lo que básicamente el gas adquiere carga eléctrica. Aprovechando esta cualidad del plasma, se le puede luego dirigir mediante imanes para producir fuerza, lo cual es sinónimo de velocidad.

Las altas temperaturas del gas hacen que las partículas que forman el plasma se muevan rápidamente. El campo magnético alinea más tarde estas partículas y las fuerza a que se muevan en la misma dirección, acelerándolas para crear la fuerza necesaria para impulsar a la nave.

A pesar de que Chang comenzó el proyecto en 1979, se cree que la tecnología no estará madura hasta el año 2013. Es decir, si todo va bien, el año que viene podremos probar el primer prototipo de este motor en la ISS (VF-200).

Diagrama VASIMR

En el Simposio del que os hablaba a comienzos del post, se mostraron dibujos de una hipotética nave activada con motores VASIMR llamada Icarus Pathfinder, de la que se dice que podría recorrer 100 unidades astronómicas en solo una década (1 UA es la distancia que separa la Tierra del Sol). Aunque la velocidad antes mencionado puede parecer muy lenta, hay que tener en cuenta que la sonda Voyager 1, lanzada en 1977 y el objeto fabricado por el hombre más alejado de la Tierra, tardó 29 años recorrer esa misma distancia.

Es decir, la Icarus Pathfinder podría ser casi tres veces más rápida que la Voyager 1, la cual por cierto sigue siendo la sonda más veloz de la historia. La web Spacehorizons cree posible el lanzamiento de una nave de estas características para el año 2020.

Así que, aunque el salto al hiperespacio sigue pareciendo un sueño de ciencia ficción, seamos optimistas y vayamos poco a poco. Roma no se tomó en una hora.