La mayoría de las grandes galaxias que vemos tienen agujeros negros supermasivos en sus centros. Cuando estas galaxias colisionan, sus agujeros negros se fusionan en una bestia aún más masiva, según la teoría. Sin embargo, las observaciones del agujero negro resultante no arrojan información sobre los agujeros negros originales.
Recreación de la fusión de dos agujeros negros mientras emiten ondas gravitatorias. Crédito: Henze, NASA. |
Por tanto, los astrónomos han estado intentando observar ondas gravitatorias. La relatividad general predice que los agujeros negros en colisión deberían emitir dichas ondulaciones en el tejido del espacio-tiempo, incluyendo una onda llamada “ringdown” que contiene información sobre la masa y rotación del agujero negro final.
Ahora, simulaciones de computador dirigidas por Ioannis Kamaretsos de la Universidad de Cardiff, Reino Unido, demuestran que las ondas “ringdown” también pueden hablarnos sobre las masas y la rotación de los dos agujeros negros originales.
Algunas teorías dicen que la gravedad de los agujeros negros emergentes juntó materia para formar las primeras galaxias, pero aún no está claro si los primeros agujeros negros eran lo suficientemente masivos para hacerlo. Al aplicar el nuevo análisis a las observaciones del Universo primigenio, podríamos por fin ser capaces de resolver esa interrogante.
Aunque hasta ahora nadie ha detectado ondas gravitatorias, la próxima generación de observatorios podría detectarlas dentro de unos pocos años.
Fuente: New Scientist